viernes, 20 de enero de 2017

El concepto de Nieto

Nieto Senetiner, una de las bodegas más antiguas en la zona de
Mendoza, ha tenido un 2016 complicado debido a las condiciones climáticas que se han presentado, sin embargo, esto no ha significado un cambio negativo; por el contrario, la calidad y los nuevos perfiles en sus producciones han mejorado

Este año la corriente del niño afectó en gran manera a Mendoza, uno de los lugares más emblemáticos y representativos en cuanto a vinos argentinos se refiere. Las heladas, el exceso de lluvia y la fría primavera son solo algunos de los elementos que, de alguna manera, obligaron a las bodegas a replantear y modificar sus procesos de manera que no se vean golpeados o sacudidos por estos fenómenos naturales. Por ejemplo, la bodega Nieto Senetiner tuvo que emplear un tratamiento fitosanitario de emergencia para no desarrollar hongos debido a la excesiva humedad de la zona y preservar de esta manera la mayor cantidad de uvas de alta calidad posible.

Recientemente, en entrevista con Jorge Gonzáles, enólogo principal de la bodega, afirmó que las lluvias llegaron a alcanzar los 500 ml, una cifra bastante elevada a comparación de los 200 ml a los que están acostumbrados. Esto provocó, naturalmente, la presencia de muchas flores en las zonas de cultivos y en consecuencia un decrecimiento de hasta el 40% de volumen afectando principalmente las gamas más bajas. Sin embargo, según asegura Gonzáles, la calidad del producto ha mejorado notablemente debido a los cuidados intensivos que se le ha dado a las vides con lo que se ha conseguido una cosecha mucho mejor incluso que otras añadas.

De esta manera la añada 2016 se perfila como una de las mejores que se haya tenido en años; Gonzáles espera que esta añada sea mucho más floral y herbácea que las cosechas anteriores. Además de las condiciones frutales que desde hace algún tiempo ha caracterizado los vinos de la bodega desde que dejaron de darle tanto protagonismo al paso por la madera, “queremos llegar a las nuevas generaciones, a los millenials, de una forma agradable sin bajar la calidad”, enfatiza. Y es que, siguiendo la tendencia mundial, Nieto Senetiner ha empezado a conquistar los paladares más jóvenes con vinos de alta calidad pero con perfiles más agradables y fáciles de tomar.

Sin embargo, considerando que su público masivo son los millenials, Nieto ha empezado a difundir campañas de consumo responsable en toda la Argentina, suscribiendo en el 2013 la iniciativa de Wine in moderation para poder transmitir los conceptos de consumo responsable mediante las campañas gráficas. Es por esta razón, que todos los consumidores pueden encontrar en las etiquetas de cada botella, los requisitos relacionados a consumo responsable, la declaración de su composición y datos reglamentarios para la comercialización.

Otro de los aspectos que resalta la bodega y por lo que Gonzáles dice sentirse orgulloso es el programa de capacitación y formación que ofrecen a sus empleados direccionando los temas con acciones específicas para cada área. De esta manera se enseña gestión medioambiental, gestión de calidad y capacitación técnica y gestión de seguridad e higiene. Esto permite a los trabajadores estar mejor capacitados para poder reaccionar debidamente ante cualquier situación de urgencia que pueda afectar los cultivos, además de asegurar la calidad de los vinos que producen.

Por otro lado, un factor importante de la bodega es la amplitud de ofertas que ofrecen en sus distintas gamas. Nieto Senetiner, actualmente cuenta con cuatro gamas de productos: Don Nicanor, Nieto Senetiner, Emilia y Benjamín, estas dos últimas con vinos más jóvenes, más afrutados y con poca presencia de madera en su composición. Además de estos vinos, la bodega cuenta con una interesante y sincera propuesta de espumantes entre los que destacan el Nieto Senetiner Grand Cuvée Brut Nature, a base de pinot noir o el Nieto Senetiner Champaña Nature con un blend a base de pinot noir.

Los premios que la bodega ostenta llaman también bastante la atención. Esto, como indica Gonzáles “no es un determinante, pero es un indicador de que estamos haciendo las cosas bien”. Hace un año el destacado crítico James Suckling, puntuó el Nieto Senetiner Bonarda Reserva 2012 con 90 puntos, un vino que destaca por su color rojo cereza y sus matices violáceos. Otro de los premios más importantes que tiene la bodega es la medalla de plata que obtuvo el espumante Grand Cuvée Brut Nature, que destaca por sus aromas florales y la ligera madera por el añejamiento en roble francés.

Nieto Senetiner es sin duda una de las bodegas más representativas que promete entregarnos buenos vinos el año que viene. Vinos sinceros, de calidad y con grandes perfiles.





jueves, 19 de enero de 2017

La mirada de Riccitelli

En un breve pero ajetreado paso por nuestra ciudad, a propósito del Alta Gama Wine Fest, Jorge Riccitelli, el reconocido enólogo argentino, conversó con Cocktail sobre las nuevas tendencias vitivinícolas que vienen generando más adeptos en el mundo de los vinos      

“El Perú ha puesto, indiscutiblemente, una valla muy alta para nuestros vinos”, señala de buenas a primeras Jorge Riccitelli, famoso enólogo que hace más de 24 años tomó las riendas de las bodegas Norton. Al preguntarle la razón de tal afirmación, Riccitelli refiere que este fenómeno se ha visto en aumento en los últimos años gracias a la maravillosa cocina “llena de texturas, sabores y sensaciones”, lo que obliga no solo a los enólogos argentinos, sino también a todos los que se dedican al vino y desean establecerse en nuestro mercado, a producir vinos sinceros y mejor elaborados.

Además, señaló que el Perú resulta un mercado cómplice para los vinos argentinos debido a la amplitud de expresiones que se pueden encontrar en las vides gauchas, y en los resultados que tienen, el peruano ha decidido acercarse, conocer y experimentar con las nuevas propuestas que se vienen manejando actualmente. Es por esta razón que bodegas como Norton, originarias de Mendoza, encuentran en nuestro país un potencial consumidor.

Por otro lado, al ser consultado si, como muchos señalan, el malbec ha llegado a su techo más alto, Riccitelli afirma que asegurar eso es muy precipitado ya que “el malbec no va a llegar a su techo en muchos años, porque aún no hemos terminado de conquistar el mercado del vino”, esto es comprensible tomando en cuenta que aproximadamente el 10% del mercado mundial del vino es suplido por esta cepa. Sin embargo, cree que es necesario presentarles a los nuevos consumidores formas más divertidas de beberlo, como en blends con otras variedades, sin encasillarlo.

Son estos nuevos consumidores, “los millenials”, los que han provocado que se empiece a utilizar nuevas cepas para producir vinos más fáciles de beber. Esto se nota cuando nos damos cuenta de que la barrica ha perdido notoriedad e incluso protagonismo en las producciones actuales, “tenemos otros conceptos del vino y hemos empezado a darle más valor a las notas frutadas, a los perfiles naturales que el vino puede tener”, agrega. Riccitelli también dice que esto es posible gracias a la exploración y a la experimentación con cepas como el cabernet franc, el pinot noir (buscando la correcta altura para su cultivo) y el chardonnay sin dejar de lado, ni poner en juego la calidad del producto.


Abordando otros temas, Jorge cuenta que la historia de bodegas Norton se remonta a un legado que supera las 120 vendimias, 120 años de tradición vitivinícola en el que asegura y se jacta de decir que “no se ha roto ni un ladrillo ni han talado un solo árbol” lo que garantiza la tradición. “Si bien los años han pasado, la tecnología que tenemos en la bodega es de primera, por lo que garantizamos nuestra competitividad en el mercado mundial. Por ejemplo, tenemos una de las dos seleccionadoras ópticas que existen en toda la Argentina”, señala.

Con respecto a las nuevas producciones que tiene la bodega, en los últimos años el incremento en los volúmenes y calidad de los espumantes son algo que realmente llama la atención. Y es que, en solamente unos años, la marca pasó de expender 7500 botellas que eran utilizadas en la bodega para eventos o eventos especiales, a producir más de 4 millones de botellas, convirtiéndose así, en la mayor compañía de espumantes en la Argentina.


Son estos y otros factores los que han colocado a Norton en la mira y en el paladar de muchos consumidores experimentados o entusiastas bebedores noveles. Además, la importancia de tener entre sus filas como enólogo principal a quien fuera elegido en el 2012 como mejor enólogo del mundo, un papel clave en la propuesta de la bodega, una propuesta sincera y original de la que podemos estar seguros, nunca nos defraudará.

viernes, 13 de enero de 2017

SALVEMOS EL CAÑAZO




¿En qué momento se jodió el cañazo? ¿Dónde se consigue el mejor? ¿Qué cocteles se pueden hacer con él? Muchas preguntas surgen alrededor de este destilado, cuya realidad nos recuerda a la de un enfermo agonizante. ¿Cuál será el futuro del cañazo?

No es cuestión de si se puede o no rescatar. Es un deber. Estoy seguro de que el 90% de las personas que están leyendo este artículo no dudan en levantar la ceja si alguien les ofrece una copa de cañazo. Solo los curiosos, borrachos, locos, ignorantes, pobres o valientes –hay, claro, quienes reúnen más de uno de estos atributos– se animan a beber un trago de este aguardiente. Y pensar que se trata – aunque no haya encontrado estadísticas que lo sustenten– del espirituoso de mayor consumo en nuestro país, por encima del pisco, sin duda. Pero sabemos tan poco sobre él. De vez en cuando nos enteramos por la prensa de cómo varios asistentes a una fiesta patronal terminaron intoxicados, envenenados e incluso ciegos por consumir un cañazo adulterado o mal hecho. Las cosas tienen que cambiar.

El origen de este destilado se remonta a la época de la Colonia, con la llegada de la caña de azúcar al Perú. Ya en el siglo XVI, Garcilaso de la Vega mencionaba la presencia de trapiches en Huánuco, una de las regiones donde aún se mantiene como una bebida popular. Allá la llaman shacta, debido al nombre científico de la variedad que cultivan: Saccharum Officinarum. Tal es su arraigo en esta región, que el 6 de julio pasado fue nombrada Patrimonio Cultural de la Nación.

Lo cierto es que el cañazo se consume en todo el Perú, principalmente en las zonas rurales, desde Piura hasta Arequipa, pasando por Cusco y  Ayacucho, y adentrándose en la selva. En cada región, sin embargo, recibe un nombre distinto: cañazo, llonque, huarapo, caña, shacta. No hay fiesta patronal o ritual agrario donde no se consuma cañazo. ¡El asunto es que se desconoce si hay o ha habido una norma que regule su producción! Y eso ha llevado a que los procesos de producción sean no solo errados, sino con resultados dañinos, incluso letales. La mala fama de este destilado tradicional se remonta a tiempos coloniales también, así que la historia no es nueva. Me recuerda mucho a lo que pasó con el gin en el Londres isabelino, antes de que su elaboración fuera regulada por la corona británica.

En Youtube circula un video sobre El Wharapo, una suerte de recreo campestre ubicado en Chontabamba (Oxapampa), donde se produce y vende aguardiente de caña y warapo (jugo de caña fermentado). El dueño del local cuenta cómo hace unos 60 años existían en la zona decenas de trapiches, muchos de ellos productores de aguardiente –una costumbre llevada por los colonos alemanes–, pero todos sucumbieron con la instauración de un impuesto creado durante el gobierno de Prado Ugarteche. De hecho, es posible encontrar en otras regiones –Huancavelica, Apurímac, Cusco y Arequipa– productores de aguardiente de caña “formales”, similares al Wharapo. Sin embargo, la mayor parte de la producción se hace bajo condiciones deficientes, sin ningún tipo de control sanitario.